A PROPOSITO DEL "IMPERIO AMERICANO"
El Diccionario Planeta define a un "imperio" en su primera acepción como la "acción de mandar con autoridad". Analizando la historia, los imperios del pasado fueron hegemónicos mientras "mandaron con autoridad" al resto del mundo. Así el Imperio Romano por ejemplo existió como tal mientras pudo sostener la Pax Romana.
Más cerca en el tiempo, el Imperio Británico fue un garante del equilibrio mundial hasta la primera guerra mundial, cuando ya no tuvo potestad para sustentar la "Rule Britannia". En suma, lo que el análisis histórico parece señalarnos es que el concepto de imperio es dinámico, viéndose a lo largo de la historia el "ascenso" y "caída" de los mismos. Ahora bien, la "emergencia" o "declinación" de un imperio puede obedecer, como la misma historia de la humanidad nos lo demuestra, a un sinnúmero de causas, de diverso orígen y muchas veces relacionadas entre sí.
Luego de esta breve introducción, y considerando el título del presente, siguiendo a Gore Vidal en su novela titulada precisamente Imperio –un magnífico fresco en mi opinión del Washington de fines del siglo XIX y principios del siglo XX- podríamos situar la emergencia del "Imperio Americano" luego de la victoria sobre España en la guerra de Cuba; se consolida al término de la primera guerra mundial, cuando Estados Unidos pasa de país deudor a acreedor del mundo y Nueva York pasa a ocupar el lugar que antaño le había correspondido a Londres y alcanza su punto más alto con la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS y su sistema de países satélites.
A casi veinte años de esos sucesos parece pertinente analizar si Estados Unidos es hoy un "imperio" que "manda con autoridad", o dicho de otra manera, si puede imponer la Pax Americana al resto de los países y muy especialmente a aquellos que interfieren en sus objetivos de política global.
La respuesta sería negativa en mi opinión. En efecto, hemos visto que por ejemplo en la crisis nuclear con Corea del Norte, Estados Unidos debió aceptar que era China, país acreedor de Estado Unidos, no olvidarlo, y a la vez potencia regional, la única que podía influír sobre Pyongyang, con los resultados conocidos. Del mismo modo, parece claro que de lograrse que Irán utilice solo con fines pacíficos la energía nuclear, sería mas por obra de la acción conjunta de la ONU, UE y Rusia, que por la presión americana.
Finalmente, las intervenciones armadas en Afganistán e Irak, lideradas por los Estados Unidos, distan de tener una salida previsible en el corto plazo. Para lograr la pacificación del primer país y el sostenimiento y viabilidad a mediano plazo de un gobierno pro-occidental, Estados Unidos deberá contar aquí también con el concurso de potencias regionales y nucleares como India y Pakistán.
En cuanto a las acciones militares desplegadas en territorio iraquí y emprendidas conjuntamente con sus aliados en forma unilateral, o sea al márgen de la ley internacional, parece poco probable que después de más de cuatro años de iniciadas, las mismas puedan deparar a Irak y a la región una Pax Americana.
2 comments
sábado, 7 de julio de 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario