martes, 10 de julio de 2007
ADIOS Mr. BLAIR
Curiosas paradojas nos depara la política británica. Dos fogueados políticos y primeros ministros de distinto signo partidario vieron terminar anticipadamente sus carreras por sus políticas para el Medio Oriente. Uno, Anthony Eden, conservador y Ministro de Asuntos Exteriores durante la segunda guerra mundial, debió dimitir de su cargo de premier en 1957 como consecuencia del fracaso de la intervención armada unilateral anglo-francesa en el Canal de Suez, luego de la nacionalización del mismo por parte del líder egipcio Nasser.
El otro, Tony Blair laborista, debió renunciar en mitad de período, a causa de la creciente oposición de la población británica a la intervención de su país en Irak. El caso del Sr. Blair es particularmente más interesante, debido a sus logros, que fueron opacados por su política iraqui.
En efecto, ni la estabilidad económica británica, justo es decirlo en lo que mucho tuvo que ver su sucesor Gordon Brown, ni la política de descentralización a favor de Escocia y Gales, ni -lo que en mi opinión es el legado más importante de su gobierno y que trascenderá a las generaciones venideras- la pacificación del Ulster, le fueron suficientes para remontar el lastre iraquí.
El involucramiento del Sr. Blair en Irak y su alianza "personal" con George W. Bush en esta materia, han tenido sin duda una profunda influencia en la opinión pública en y muchos parlamentarios laboristas, advirtiendo ambos las asimetrías entre las atribuciones del Primer Ministro y el rol del Parlamento, lo que seguramente pesó en la decisión del Sr. Brown de renunciar a tales prerrogativas ministeriales, como por ejemplo declarar la guerra y firmar la paz, las que más parecen corresponder a un gobierno del "antiguo régimen" que a la más afinada democracia parlamentaria del mundo.
Nuevas funciones le aguardan a Tony Blair, como encargado de la pacificación de Medio Oriente. Ojalá que , como en el caso de Irlanda del Norte, pueda ser exitoso en su gestión, aunque lamentablemente debo ser escéptico. Pesa en mi opinión esa ley de la Teoría de la Organización que sostiene que quien fue parte del problema, difícilmente puede ser parte de la solución del mismo.
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Curiosas paradojas nos depara la política británica. Dos fogueados políticos y primeros ministros de distinto signo partidario vieron terminar anticipadamente sus carreras por sus políticas para el Medio Oriente. Uno, Anthony Eden, conservador y Ministro de Asuntos Exteriores durante la segunda guerra mundial, debió dimitir de su cargo de premier en 1957 como consecuencia del fracaso de la intervención armada unilateral anglo-francesa en el Canal de Suez, luego de la nacionalización del mismo por parte del líder egipcio Nasser.
El otro, Tony Blair laborista, debió renunciar en mitad de período, a causa de la creciente oposición de la población británica a la intervención de su país en Irak. El caso del Sr. Blair es particularmente más interesante, debido a sus logros, que fueron opacados por su política iraqui.
En efecto, ni la estabilidad económica británica, justo es decirlo en lo que mucho tuvo que ver su sucesor Gordon Brown, ni la política de descentralización a favor de Escocia y Gales, ni -lo que en mi opinión es el legado más importante de su gobierno y que trascenderá a las generaciones venideras- la pacificación del Ulster, le fueron suficientes para remontar el lastre iraquí.
El involucramiento del Sr. Blair en Irak y su alianza "personal" con George W. Bush en esta materia, han tenido sin duda una profunda influencia en la opinión pública en y muchos parlamentarios laboristas, advirtiendo ambos las asimetrías entre las atribuciones del Primer Ministro y el rol del Parlamento, lo que seguramente pesó en la decisión del Sr. Brown de renunciar a tales prerrogativas ministeriales, como por ejemplo declarar la guerra y firmar la paz, las que más parecen corresponder a un gobierno del "antiguo régimen" que a la más afinada democracia parlamentaria del mundo.
Nuevas funciones le aguardan a Tony Blair, como encargado de la pacificación de Medio Oriente. Ojalá que , como en el caso de Irlanda del Norte, pueda ser exitoso en su gestión, aunque lamentablemente debo ser escéptico. Pesa en mi opinión esa ley de la Teoría de la Organización que sostiene que quien fue parte del problema, difícilmente puede ser parte de la solución del mismo.
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SARMIENTO & EL IMBROGLIO CELULOSICO
Argirópolis (ciudad del Plata), es una de las obras menos conocidas de Domingo Faustino Sarmiento. Publicada en 1850, debe ser considerada como un producto de su exilio chileno y como una continuación del capítulo "Presente y Porvenir" de Facundo, en el que se encuentran bosquejados la mayoría de los temas que el sanjuanino despliega en este "raro" trabajo, cuya rareza no debería sorprendernos, ya que su autor fue definido por Paul Groussac como alguien "gigante y extraño".
En palabras de Felix Weinberg se trata de "un análisis sobrio de los más candentesproblemas argentinos y un llamado sereno y firme a la vez a todos los sectores interesados en hallar soluciones razonables". El estilo de Argirópolis es también atípico, alejado del modo combativo tan característico del autor, por ejemplo cuando señala que
... veinte años nos hemos ocupado en saber si seríamos federales o unitarios y por ello se persiguieron, expatriaron o mataron unos a otros. La realidad del país y los acontecimientos vividos terminaron por definir la porfiada lucha … Es inútil pues detenerse sobre este punto decidido de hecho y de derecho. El Congreso será FEDERATIVO en cumplimiento del tratado que liga a todos los pueblos de la República.
Cuando se refiere a los unitarios señala:
Son un mito, un espantajo, de cuya sombra aprovechan aspiraciones torcidas. ¡Dejemos en paz sus cenizas! Los unitarios ejercieron el poder en 1824, y suponiendo que la generalidad de sus miembros tuvieron entonces la edad madura que corresponde a los hombres públicos, hoy, después de veintiséis años transcurridos, los que sobreviven al exterminio han encanecido, y cargados de años, debilitados por los sufrimientos de una vida azarosa, solo piden que se los deje descender en paz a la tumba que los aguarda.
El objetivo "utópico" del libro era instalar la capital de los "Estados Unidos del Río de la Plata" en la isla Martín García pero su objetivo "práctico" era mucho más vasto como se ha señalado. ¿Por qué Argirópolis tiene actualidad frente al conflicto con Uruguay por la instalación de la planta de Botnia?
Porque Sarmiento hace un adecuado análisis del comercio interior y exterior de los países de la cuenca del Plata como así también de la navegación de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay, concluyendo: "La ciudad comerciante de Montevideo resistirá ahora y siempre a someterse a su rival, la ciudad comerciante de Buenos Aires".
Si esta observación sarmientina hubiera sido tenido en cuenta por nuestro gobierno, se podría haber encarado una negociación bilateral en la que, como en toda negociación y siguiendo al sanjuanino:
No hablemos pues de derechos imprescriptibles; no busquemos en una tenaz y culpable obstinación la solución de las dificultades que nos asedian. Tomemos consejos de las circunstancias y demos a cada uno lo que legítimamente tiene derecho de exigir, sin perjudicar a los demás.
A partir de esta realista declaración de Sarmiento, ¿Qué debería haber hecho el gobierno argentino para encauzar el conflicto?
[1] Lograr la aceptación por parte de Uruguay de que violó el Estatuto del Río Uruguay.
[2] Presentar a los asambleístas la "ayuda" de la diplomacia española que hizo desistir a ENCE de construír la segunda planta como un "logro" de nuestra diplomacia, que desactivó de esa forma en un 50% la magnitud del conflicto.
[3] Obtener salvaguardias de "no-contaminación" ni química ni visual por parte de Botnia, cosa que ya tiene en el primer fallo de la Corte Internacional de La Haya.
En lugar de esto, nuestro gobierno prefirió someterse al grupo ambientalista que delibera al márgen de sus representantes y corta puentes violando la ley local e internacional y donde, como señala Sarmiento, "el grito de las pasiones sofoca casi siempre la voz templada de la razón".
El desenlace de esta cuestión luce como bastante incierto. Siguiendo al sanjuanino, como hombre de fe que era:
No maldigamos de la Providencia, que dispone y dirige los acontecimientos humanos. Deploremos nuestros propios extravíos … pero antes de entregarnos al desaliento, busquemos el medio de conciliar nuestra dignidad nacional con los intereses de los demás.
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Argirópolis (ciudad del Plata), es una de las obras menos conocidas de Domingo Faustino Sarmiento. Publicada en 1850, debe ser considerada como un producto de su exilio chileno y como una continuación del capítulo "Presente y Porvenir" de Facundo, en el que se encuentran bosquejados la mayoría de los temas que el sanjuanino despliega en este "raro" trabajo, cuya rareza no debería sorprendernos, ya que su autor fue definido por Paul Groussac como alguien "gigante y extraño".
En palabras de Felix Weinberg se trata de "un análisis sobrio de los más candentesproblemas argentinos y un llamado sereno y firme a la vez a todos los sectores interesados en hallar soluciones razonables". El estilo de Argirópolis es también atípico, alejado del modo combativo tan característico del autor, por ejemplo cuando señala que
... veinte años nos hemos ocupado en saber si seríamos federales o unitarios y por ello se persiguieron, expatriaron o mataron unos a otros. La realidad del país y los acontecimientos vividos terminaron por definir la porfiada lucha … Es inútil pues detenerse sobre este punto decidido de hecho y de derecho. El Congreso será FEDERATIVO en cumplimiento del tratado que liga a todos los pueblos de la República.
Cuando se refiere a los unitarios señala:
Son un mito, un espantajo, de cuya sombra aprovechan aspiraciones torcidas. ¡Dejemos en paz sus cenizas! Los unitarios ejercieron el poder en 1824, y suponiendo que la generalidad de sus miembros tuvieron entonces la edad madura que corresponde a los hombres públicos, hoy, después de veintiséis años transcurridos, los que sobreviven al exterminio han encanecido, y cargados de años, debilitados por los sufrimientos de una vida azarosa, solo piden que se los deje descender en paz a la tumba que los aguarda.
El objetivo "utópico" del libro era instalar la capital de los "Estados Unidos del Río de la Plata" en la isla Martín García pero su objetivo "práctico" era mucho más vasto como se ha señalado. ¿Por qué Argirópolis tiene actualidad frente al conflicto con Uruguay por la instalación de la planta de Botnia?
Porque Sarmiento hace un adecuado análisis del comercio interior y exterior de los países de la cuenca del Plata como así también de la navegación de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay, concluyendo: "La ciudad comerciante de Montevideo resistirá ahora y siempre a someterse a su rival, la ciudad comerciante de Buenos Aires".
Si esta observación sarmientina hubiera sido tenido en cuenta por nuestro gobierno, se podría haber encarado una negociación bilateral en la que, como en toda negociación y siguiendo al sanjuanino:
No hablemos pues de derechos imprescriptibles; no busquemos en una tenaz y culpable obstinación la solución de las dificultades que nos asedian. Tomemos consejos de las circunstancias y demos a cada uno lo que legítimamente tiene derecho de exigir, sin perjudicar a los demás.
A partir de esta realista declaración de Sarmiento, ¿Qué debería haber hecho el gobierno argentino para encauzar el conflicto?
[1] Lograr la aceptación por parte de Uruguay de que violó el Estatuto del Río Uruguay.
[2] Presentar a los asambleístas la "ayuda" de la diplomacia española que hizo desistir a ENCE de construír la segunda planta como un "logro" de nuestra diplomacia, que desactivó de esa forma en un 50% la magnitud del conflicto.
[3] Obtener salvaguardias de "no-contaminación" ni química ni visual por parte de Botnia, cosa que ya tiene en el primer fallo de la Corte Internacional de La Haya.
En lugar de esto, nuestro gobierno prefirió someterse al grupo ambientalista que delibera al márgen de sus representantes y corta puentes violando la ley local e internacional y donde, como señala Sarmiento, "el grito de las pasiones sofoca casi siempre la voz templada de la razón".
El desenlace de esta cuestión luce como bastante incierto. Siguiendo al sanjuanino, como hombre de fe que era:
No maldigamos de la Providencia, que dispone y dirige los acontecimientos humanos. Deploremos nuestros propios extravíos … pero antes de entregarnos al desaliento, busquemos el medio de conciliar nuestra dignidad nacional con los intereses de los demás.
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sábado, 7 de julio de 2007
A PROPOSITO DEL "IMPERIO AMERICANO"
El Diccionario Planeta define a un "imperio" en su primera acepción como la "acción de mandar con autoridad". Analizando la historia, los imperios del pasado fueron hegemónicos mientras "mandaron con autoridad" al resto del mundo. Así el Imperio Romano por ejemplo existió como tal mientras pudo sostener la Pax Romana.
Más cerca en el tiempo, el Imperio Británico fue un garante del equilibrio mundial hasta la primera guerra mundial, cuando ya no tuvo potestad para sustentar la "Rule Britannia". En suma, lo que el análisis histórico parece señalarnos es que el concepto de imperio es dinámico, viéndose a lo largo de la historia el "ascenso" y "caída" de los mismos. Ahora bien, la "emergencia" o "declinación" de un imperio puede obedecer, como la misma historia de la humanidad nos lo demuestra, a un sinnúmero de causas, de diverso orígen y muchas veces relacionadas entre sí.
Luego de esta breve introducción, y considerando el título del presente, siguiendo a Gore Vidal en su novela titulada precisamente Imperio –un magnífico fresco en mi opinión del Washington de fines del siglo XIX y principios del siglo XX- podríamos situar la emergencia del "Imperio Americano" luego de la victoria sobre España en la guerra de Cuba; se consolida al término de la primera guerra mundial, cuando Estados Unidos pasa de país deudor a acreedor del mundo y Nueva York pasa a ocupar el lugar que antaño le había correspondido a Londres y alcanza su punto más alto con la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS y su sistema de países satélites.
A casi veinte años de esos sucesos parece pertinente analizar si Estados Unidos es hoy un "imperio" que "manda con autoridad", o dicho de otra manera, si puede imponer la Pax Americana al resto de los países y muy especialmente a aquellos que interfieren en sus objetivos de política global.
La respuesta sería negativa en mi opinión. En efecto, hemos visto que por ejemplo en la crisis nuclear con Corea del Norte, Estados Unidos debió aceptar que era China, país acreedor de Estado Unidos, no olvidarlo, y a la vez potencia regional, la única que podía influír sobre Pyongyang, con los resultados conocidos. Del mismo modo, parece claro que de lograrse que Irán utilice solo con fines pacíficos la energía nuclear, sería mas por obra de la acción conjunta de la ONU, UE y Rusia, que por la presión americana.
Finalmente, las intervenciones armadas en Afganistán e Irak, lideradas por los Estados Unidos, distan de tener una salida previsible en el corto plazo. Para lograr la pacificación del primer país y el sostenimiento y viabilidad a mediano plazo de un gobierno pro-occidental, Estados Unidos deberá contar aquí también con el concurso de potencias regionales y nucleares como India y Pakistán.
En cuanto a las acciones militares desplegadas en territorio iraquí y emprendidas conjuntamente con sus aliados en forma unilateral, o sea al márgen de la ley internacional, parece poco probable que después de más de cuatro años de iniciadas, las mismas puedan deparar a Irak y a la región una Pax Americana.
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El Diccionario Planeta define a un "imperio" en su primera acepción como la "acción de mandar con autoridad". Analizando la historia, los imperios del pasado fueron hegemónicos mientras "mandaron con autoridad" al resto del mundo. Así el Imperio Romano por ejemplo existió como tal mientras pudo sostener la Pax Romana.
Más cerca en el tiempo, el Imperio Británico fue un garante del equilibrio mundial hasta la primera guerra mundial, cuando ya no tuvo potestad para sustentar la "Rule Britannia". En suma, lo que el análisis histórico parece señalarnos es que el concepto de imperio es dinámico, viéndose a lo largo de la historia el "ascenso" y "caída" de los mismos. Ahora bien, la "emergencia" o "declinación" de un imperio puede obedecer, como la misma historia de la humanidad nos lo demuestra, a un sinnúmero de causas, de diverso orígen y muchas veces relacionadas entre sí.
Luego de esta breve introducción, y considerando el título del presente, siguiendo a Gore Vidal en su novela titulada precisamente Imperio –un magnífico fresco en mi opinión del Washington de fines del siglo XIX y principios del siglo XX- podríamos situar la emergencia del "Imperio Americano" luego de la victoria sobre España en la guerra de Cuba; se consolida al término de la primera guerra mundial, cuando Estados Unidos pasa de país deudor a acreedor del mundo y Nueva York pasa a ocupar el lugar que antaño le había correspondido a Londres y alcanza su punto más alto con la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS y su sistema de países satélites.
A casi veinte años de esos sucesos parece pertinente analizar si Estados Unidos es hoy un "imperio" que "manda con autoridad", o dicho de otra manera, si puede imponer la Pax Americana al resto de los países y muy especialmente a aquellos que interfieren en sus objetivos de política global.
La respuesta sería negativa en mi opinión. En efecto, hemos visto que por ejemplo en la crisis nuclear con Corea del Norte, Estados Unidos debió aceptar que era China, país acreedor de Estado Unidos, no olvidarlo, y a la vez potencia regional, la única que podía influír sobre Pyongyang, con los resultados conocidos. Del mismo modo, parece claro que de lograrse que Irán utilice solo con fines pacíficos la energía nuclear, sería mas por obra de la acción conjunta de la ONU, UE y Rusia, que por la presión americana.
Finalmente, las intervenciones armadas en Afganistán e Irak, lideradas por los Estados Unidos, distan de tener una salida previsible en el corto plazo. Para lograr la pacificación del primer país y el sostenimiento y viabilidad a mediano plazo de un gobierno pro-occidental, Estados Unidos deberá contar aquí también con el concurso de potencias regionales y nucleares como India y Pakistán.
En cuanto a las acciones militares desplegadas en territorio iraquí y emprendidas conjuntamente con sus aliados en forma unilateral, o sea al márgen de la ley internacional, parece poco probable que después de más de cuatro años de iniciadas, las mismas puedan deparar a Irak y a la región una Pax Americana.
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miércoles, 4 de julio de 2007
ALEMANIA Y RUSIA: PORQUE TE QUIERO TE APORREO
Curiosa relación la que han mantenido Prusia y luego Alemania con Rusia durante los últimos dos siglos: aliados contra Napoleón; fue el servicio secreto alemán el que introdujo clandestinamente a Lenín en Rusia para que con su accionar revolucionario desestabilizara a ese país y lo sacara de la primera guerra mundial, haciendo caer el frente oriental para que así Alemania pudiera concentrarse contra la Entente Cordiale en el frente occidental.
Luego llega el pacto secreto de no agresión entre Stalin y Hitler, negociado por Von Ribbentrop y Molotov, en el que mucho no creeían los rusos, considerando la profundidad de los subterráneos construídos en Moscú y San Petersburgo durante la década del 30 y que luego fueron usados como refugios antiaéreos; para terminar finalmente como enemigos acérrimos, combatiéndose con una saña tal, de lo que el sitio de Leningrado es una acabada muestra.
Sin embargo, desde Prusia en adelante, la fascinación por el Este ha sido una constante de la geopolítica alemana. A tal punto se percibía este sentimiento, que, luego de la capitulación, tras la derrota en la segunda guerra mundial, a lo que sobrevino la partición y la creación de la República Federal, el nuevo canciller federal Konrad Adenauer -católico y ex alcalde de Colonia, en cuya casa, según comenta Paul Johnson, se rezaba todas las tardes el Santo Rosario para que la Alemania nazi perdiera la guerra- decidió instalar la capital del nuevo estado en Bonn.
Esta ciudad de Renania, que además de ver nacer al gran Beethoven, era una de las más occidentales y más cercanas a París, el viejo adversario con el que finalmente Alemania se reconcilió, acto que dio orígen a la actual Unión Europea, moviendo de esta forma el fiel del antiguo debate alemán desde la "Kultur" hacia la civilización.
Luego, con la caída del muro de Berlín, renace ese "embrujo oriental", y las empresas alemanas se hacen cargo por ejemplo de las principales industrias de Checoslovaquia y Hungría como Skoda y Tungsram. Con Rusia sucede algo similar, aunque más sutil. Luego de mi llegada a Moscú, pasada la primera impresión al atravesar el control migratorio, que tan bien describe Margarita en su nota "Viaje a Rusia: Primer impacto", publicado en su blog Marmara-Marga el pasado 3 de junio, me recibió la persona encargada de llevarme a mi hotel.
Luego de los saludos de práctica nos pusimos en camino. El silencio fue quebrado a mitad del trayecto cuando, faltando unos diez kilómetros para llegar a la capital rusa, me señaló el lugar de la máxima ofensiva alemana, desde donde, según me informó, los alemanes veían con sus potentes prismáticos la Plaza Roja de Moscú, a la que sin embargo nunca llegaron, como me señaló con indisimulado orgullo.
Por su parte, en San Petersburgo no es casual que, para entrar a la ciudad por cualquier camino, hay que pasar por el "Monumento a las víctimas del sitio". Al preguntar a María, mi guía en tan encantadora ciudad, sobre el orígen de los numerosos visitantes, lo que ha dado lugar a un verdadero "boom" turístico, me indicó que eran prácticamente de todo el mundo. Tratando de obtener más precisiones pregunté si recibía también turistas alemanes."POCOS", fue la incómoda respuesta, dándome a entender que la historia del sitio y los tremendos sufrimientos materiales y morales que el mismo impuso a la población -canibalismo incluído, según los últimos estudios- parece estar todavía bastante fresco para ambos pueblos.
Sin embargo, resulta claro para el visitante que “modernidad” en Rusia, es sinónimo de Alemania, no de Estados Unidos, como por ejemplo parece percibirse cada vez más en Italia.En efecto, la mayoría de los automóviles que circulan por Moscú y San Petersburgo son alemanes o fabricados por empresas alemanas, llamando la atención del viajero la importancia de las instalaciones de Lufthansa en los aeropuertos de ambas ciudades, como así también la profunda admiración que sienten los ciudadanos rusos cuando arriban al aeropuerto de Frankfurt.
¿Podrán superar a ambos pueblos tantos dolorosos recuerdos del pasado? OJALÁ, la estabilidad de Europa Central, del Báltico y de los Balcanes como así también la moderación de Irán y su política nuclear puedan verse facilitadas por el entendimiento ruso-germano en el marco de la UE, ya que si se está considerando el "difícil" ingreso de Turquía a la misma, porque no pensar en que la "casa común", Europa, pueda extenderse algún día desde el Atlántico hasta el Pacífico.
5:37 PM 1 comments
Curiosa relación la que han mantenido Prusia y luego Alemania con Rusia durante los últimos dos siglos: aliados contra Napoleón; fue el servicio secreto alemán el que introdujo clandestinamente a Lenín en Rusia para que con su accionar revolucionario desestabilizara a ese país y lo sacara de la primera guerra mundial, haciendo caer el frente oriental para que así Alemania pudiera concentrarse contra la Entente Cordiale en el frente occidental.
Luego llega el pacto secreto de no agresión entre Stalin y Hitler, negociado por Von Ribbentrop y Molotov, en el que mucho no creeían los rusos, considerando la profundidad de los subterráneos construídos en Moscú y San Petersburgo durante la década del 30 y que luego fueron usados como refugios antiaéreos; para terminar finalmente como enemigos acérrimos, combatiéndose con una saña tal, de lo que el sitio de Leningrado es una acabada muestra.
Sin embargo, desde Prusia en adelante, la fascinación por el Este ha sido una constante de la geopolítica alemana. A tal punto se percibía este sentimiento, que, luego de la capitulación, tras la derrota en la segunda guerra mundial, a lo que sobrevino la partición y la creación de la República Federal, el nuevo canciller federal Konrad Adenauer -católico y ex alcalde de Colonia, en cuya casa, según comenta Paul Johnson, se rezaba todas las tardes el Santo Rosario para que la Alemania nazi perdiera la guerra- decidió instalar la capital del nuevo estado en Bonn.
Esta ciudad de Renania, que además de ver nacer al gran Beethoven, era una de las más occidentales y más cercanas a París, el viejo adversario con el que finalmente Alemania se reconcilió, acto que dio orígen a la actual Unión Europea, moviendo de esta forma el fiel del antiguo debate alemán desde la "Kultur" hacia la civilización.
Luego, con la caída del muro de Berlín, renace ese "embrujo oriental", y las empresas alemanas se hacen cargo por ejemplo de las principales industrias de Checoslovaquia y Hungría como Skoda y Tungsram. Con Rusia sucede algo similar, aunque más sutil. Luego de mi llegada a Moscú, pasada la primera impresión al atravesar el control migratorio, que tan bien describe Margarita en su nota "Viaje a Rusia: Primer impacto", publicado en su blog Marmara-Marga el pasado 3 de junio, me recibió la persona encargada de llevarme a mi hotel.
Luego de los saludos de práctica nos pusimos en camino. El silencio fue quebrado a mitad del trayecto cuando, faltando unos diez kilómetros para llegar a la capital rusa, me señaló el lugar de la máxima ofensiva alemana, desde donde, según me informó, los alemanes veían con sus potentes prismáticos la Plaza Roja de Moscú, a la que sin embargo nunca llegaron, como me señaló con indisimulado orgullo.
Por su parte, en San Petersburgo no es casual que, para entrar a la ciudad por cualquier camino, hay que pasar por el "Monumento a las víctimas del sitio". Al preguntar a María, mi guía en tan encantadora ciudad, sobre el orígen de los numerosos visitantes, lo que ha dado lugar a un verdadero "boom" turístico, me indicó que eran prácticamente de todo el mundo. Tratando de obtener más precisiones pregunté si recibía también turistas alemanes."POCOS", fue la incómoda respuesta, dándome a entender que la historia del sitio y los tremendos sufrimientos materiales y morales que el mismo impuso a la población -canibalismo incluído, según los últimos estudios- parece estar todavía bastante fresco para ambos pueblos.
Sin embargo, resulta claro para el visitante que “modernidad” en Rusia, es sinónimo de Alemania, no de Estados Unidos, como por ejemplo parece percibirse cada vez más en Italia.En efecto, la mayoría de los automóviles que circulan por Moscú y San Petersburgo son alemanes o fabricados por empresas alemanas, llamando la atención del viajero la importancia de las instalaciones de Lufthansa en los aeropuertos de ambas ciudades, como así también la profunda admiración que sienten los ciudadanos rusos cuando arriban al aeropuerto de Frankfurt.
¿Podrán superar a ambos pueblos tantos dolorosos recuerdos del pasado? OJALÁ, la estabilidad de Europa Central, del Báltico y de los Balcanes como así también la moderación de Irán y su política nuclear puedan verse facilitadas por el entendimiento ruso-germano en el marco de la UE, ya que si se está considerando el "difícil" ingreso de Turquía a la misma, porque no pensar en que la "casa común", Europa, pueda extenderse algún día desde el Atlántico hasta el Pacífico.
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