LIBROS & ENSAYOS. ALBERDI, LA GUERRA EN IRAK & LA O.N.U
"Son los vencidos los que hacen al vencedor" (J.B.Alberdi)
"Toda historia es historia contemporánea" (B. Croce)
Alberdi escribió El crímen de la guerra para un concurso que en 1869 organizara la Liga Internacional y Permanente de la Paz, con sede en París, profundamente influenciado por las campañas prusianas de agresión a través de la maquinaria bélica creada por el conde Moltke contra Dinamarca y Austria, que serían el prólogo de la guerra franco-prusiana y el orígen del Imperio Alemán.
Se trata de una obra mucho menos conocida que las Bases o el Sistema rentístico y cuya circulación incluso estuvo "restringida" –por decirlo de alguna manera- durante mucho tiempo entre nosotros; algo bastante explicable en un país como Argentina, con una fuerte gravitación del "partido militar" entre 1930 y 1983, por cuanto, por ejemplo, al explicar la diferencia entre civiles y militares Alberdi señalaba: "… Entre el soldado disciplinado y el ciudadano libre hay la diferencia que entre el vagón y una locomotiva: el uno es máquina que obedece, la otra es agente motor…"
A propósito de la guerra en Irak, declarada al margen de lo establecido por la Carta de las Naciones Unidas, y basada fundamentalmente en la existencia de armas de destrucción masiva en ese país -las que nunca fueron halladas por las fuerzas de la coalición que lo invadieron, y que algunos han llegado a reconocer que nunca existieron- resulta interesante la opinión sustentada por Alberdi frente a la responsabilidad política de la guerra agresiva:
La guerra es el crímen de los soberanos…La guerra ha sido casi siempre hecha por procuración. Sus verdaderos y únicos autores, que han sido los jefes de las Naciones, se han hecho representar en la tarea poco agradable de pelear y morir… Solo la responsabilidad penal será al fin el único medio eficaz de prevenir el crímen de la guerra, como lo es el de todos los crímenes en general…No habrá paz ni justicia internacional, sino cuando se aplique a las naciones el derecho de los hombres…
Finalmente ¡atención! con esta sentencia alberdiana señores Aznar, Blair y Bush y demás miembros de la "coalición":
…Aplicad al crímen de la guerra los principios del derecho común penal sobre la responsabilidad, la complicidad, la intención, etc. y su castigo se hará tan seguro y eficaz como su repetición se hará menos frecuente... ¿Cómo puede ser derecho en una nación lo que es crímen en un hombre?
Estas consideraciones tan actuales referidas al unilateralismo no agotan la visión de Alberdi sobre el tema, sino que su pensamiento también se ocupa de la representatividad que deben tener los organismos multilaterales para erigirse en guardianes de la paz internacional, cuando señala:
… Cuando en lugar de cinco grandes Estados… (¡vaya poder anticipatorio el suyo, ya que cinco son los miembros actuales del Consejo de Seguridad de la O.N.U con derecho a veto!)… haya veinte, el poder de cada uno será menor. Luego las grandes aglomeraciones no son contrarias a la constitución de la sociedad internacional en un poder de más en más democrático…
Para ser tenido en cuenta, en momentos en que cada vez y con más fuerza suenan voces pidiendo la ampliación del Consejo de Seguridad de la O.N.U.
viernes, 29 de junio de 2007
sábado, 23 de junio de 2007
ARTE & NEGOCIOS. OTRA VUELTA DE TUERCA, ¿ZAFARÁ?
En lo que creemos una confirmación de nuestra teoría de la "onda larga" en lo que hace a la valorización que viene teniendo el mercado de obras de arte, le ha tocado ahora llegar a nuevos récords a los pintores vivos. En efecto, una obra de Lucian Freud, Retrato de Bruce Bernard, alcanzó en Christie's el récord de U$S 15.6 millones convirtiéndolo en el pintor vivo más caro.
En tanto en Sotheby's se batió la anterior marca de Henri Matisse, cuya Bailarina en un sillón, piso damero de 1942 cambió de manos por U$S 36.7 mill, duplicando su registro del año pasado. Cabe destacar que si bien Matisse es un "clásico", su actual récord está lejos de los valores obtenidos por su contemporáneo Pablo Picasso, por lo que seguramente este "atraso" será corregido por el mercado a la brevedad.
Sin dejar de considerar el valor de "obras-trofeo" de ambas pinturas, según nuestra visión dinámica del mercado, ahora le tocaría el turno a la fresh painting, o sea a las obras de artistas nuevos y promisorios. Aquí obviamente las apuestas son mucho más arriesgadas, y a efectos de trazar un paralelo, recuérdese por ejemplo lo sucedido con las acciones ".com" durante la "burbuja irracional" por la que pasó el mercado accionario unos años atrás.
¿Se aplicará al mercado de arte lo sostenido por el presidente ejecutivo de Bank of America, al referirse a la actual bonanza bursátil impulsada por la ola de fusiones y adquisiciones? "Nos estamos acercando a un momento en que, cuando lo recordemos, diremos que hicimos cosas estúpidas".
En lo que creemos una confirmación de nuestra teoría de la "onda larga" en lo que hace a la valorización que viene teniendo el mercado de obras de arte, le ha tocado ahora llegar a nuevos récords a los pintores vivos. En efecto, una obra de Lucian Freud, Retrato de Bruce Bernard, alcanzó en Christie's el récord de U$S 15.6 millones convirtiéndolo en el pintor vivo más caro.
En tanto en Sotheby's se batió la anterior marca de Henri Matisse, cuya Bailarina en un sillón, piso damero de 1942 cambió de manos por U$S 36.7 mill, duplicando su registro del año pasado. Cabe destacar que si bien Matisse es un "clásico", su actual récord está lejos de los valores obtenidos por su contemporáneo Pablo Picasso, por lo que seguramente este "atraso" será corregido por el mercado a la brevedad.
Sin dejar de considerar el valor de "obras-trofeo" de ambas pinturas, según nuestra visión dinámica del mercado, ahora le tocaría el turno a la fresh painting, o sea a las obras de artistas nuevos y promisorios. Aquí obviamente las apuestas son mucho más arriesgadas, y a efectos de trazar un paralelo, recuérdese por ejemplo lo sucedido con las acciones ".com" durante la "burbuja irracional" por la que pasó el mercado accionario unos años atrás.
¿Se aplicará al mercado de arte lo sostenido por el presidente ejecutivo de Bank of America, al referirse a la actual bonanza bursátil impulsada por la ola de fusiones y adquisiciones? "Nos estamos acercando a un momento en que, cuando lo recordemos, diremos que hicimos cosas estúpidas".
jueves, 21 de junio de 2007
¿EL FIN DE AQUELLOS BUENOS VIEJOS TIEMPOS?
Durante el último fin de semana el pueblo francés ha hablado, y parece que conjuró el tan temido y anunciado "tsunami azul", que justamente preocupara a Le Monde dos semanas atrás, transformándolo en una tormenta tropical "fuerte". En efecto, si bien el presidente Sarkozy controlará no solo el Parlamento, sino además todo la estructura de checks and balances de la Quinta República, el desempeño electoral del Partido Socialista, que mejora su representación respecto de la anterior Asamblea Legislativa, sumado al hecho de que mantienen su representación pequeñas agrupaciones, a excepción del Frente Nacional -cuyas banderas prácticamente tomó el actual presidente- han puesto un tenue límite al programa transformador en lo económico-social del señor Sarkozy.
¿Será esto suficiente?
Nos inclinamos a pensar que no, ya que el problema que afronta la estancada economía francesa desde años, agravado durante el mandato presidencial del señor Chirac, carente de liderazgo y propulsor de un status quo a ultranza, no tiene solo una solución ideológica, sino que responde a cuestiones de índole práctica, por así decirlo.
Hoy su talón de Aquiles lo constituye su sistema de welfare state, impagable a estas alturas, más por cuestiones actuariales –alta sobrevida de los beneficiarios frente a cada vez menores cotizantes- que ideológicas. Claro está que la implementación de medidas de política económica para superación del mismo sí tendrán una carga de “ideología”, y en este sentido el recientemente nombrado Ministro de Finanzas dio el primer paso en falso, al anunciar que se estudiaba un incremento del IVA de 5 puntos, llevándolo al ¡¡¡25%!!! para financiar al sistema, mientras que al mismo tiempo se desgravaban las horas extras y las herencias.
La regresividad de tales medidas luce clarísima, y sin duda han sido una de las causas del "renacer de las cenizas" del socialismo, por lo que si bien el problema existe, está claro que los ciudadanos no aceptarán pasivamente cualquier solución, y menos si esta es pagada por quienes tienen menor capacidad contributiva.
Será interesante ver como evoluciona el tema, ya que las decisiones que se tomen en Francia tendrán sin duda una gran influencia en Alemania y en el resto de los países europeos que afrontan el mismo problema. En el pasado Francia fue revolucionaria en política y conservadora en lo económico, a diferencia de Gran Bretaña, ¿estaremos en presencia de una ruptura?
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Durante el último fin de semana el pueblo francés ha hablado, y parece que conjuró el tan temido y anunciado "tsunami azul", que justamente preocupara a Le Monde dos semanas atrás, transformándolo en una tormenta tropical "fuerte". En efecto, si bien el presidente Sarkozy controlará no solo el Parlamento, sino además todo la estructura de checks and balances de la Quinta República, el desempeño electoral del Partido Socialista, que mejora su representación respecto de la anterior Asamblea Legislativa, sumado al hecho de que mantienen su representación pequeñas agrupaciones, a excepción del Frente Nacional -cuyas banderas prácticamente tomó el actual presidente- han puesto un tenue límite al programa transformador en lo económico-social del señor Sarkozy.
¿Será esto suficiente?
Nos inclinamos a pensar que no, ya que el problema que afronta la estancada economía francesa desde años, agravado durante el mandato presidencial del señor Chirac, carente de liderazgo y propulsor de un status quo a ultranza, no tiene solo una solución ideológica, sino que responde a cuestiones de índole práctica, por así decirlo.
Hoy su talón de Aquiles lo constituye su sistema de welfare state, impagable a estas alturas, más por cuestiones actuariales –alta sobrevida de los beneficiarios frente a cada vez menores cotizantes- que ideológicas. Claro está que la implementación de medidas de política económica para superación del mismo sí tendrán una carga de “ideología”, y en este sentido el recientemente nombrado Ministro de Finanzas dio el primer paso en falso, al anunciar que se estudiaba un incremento del IVA de 5 puntos, llevándolo al ¡¡¡25%!!! para financiar al sistema, mientras que al mismo tiempo se desgravaban las horas extras y las herencias.
La regresividad de tales medidas luce clarísima, y sin duda han sido una de las causas del "renacer de las cenizas" del socialismo, por lo que si bien el problema existe, está claro que los ciudadanos no aceptarán pasivamente cualquier solución, y menos si esta es pagada por quienes tienen menor capacidad contributiva.
Será interesante ver como evoluciona el tema, ya que las decisiones que se tomen en Francia tendrán sin duda una gran influencia en Alemania y en el resto de los países europeos que afrontan el mismo problema. En el pasado Francia fue revolucionaria en política y conservadora en lo económico, a diferencia de Gran Bretaña, ¿estaremos en presencia de una ruptura?
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lunes, 18 de junio de 2007
LIBROS & ENSAYOS. "UN INVIERNO EN RUSIA", DE ERNESTO QUESADA
I. El viajero intelectual
Ernesto Quesada, ya mencionado en esta columna, fue un interesante miembro de nuestras elites decimonónicas. En primer lugar por su formación y temperamento: fue germanófilo en un medio social de “fin de siglo” en que prevalecían los anglo-francófilos; en segundo lugar por sus intereses académicos: se dedicó a la sociología positivista: era un “socialista” según su propia denominación, formado en universidades alemanas, a las que legó su biblioteca cuando falleció.
Con estos antecedentes, no es de extrañar entonces, como sucedía con las elites alemanas de la época, su interés por el este europeo, por donde viajó a los treinta años con su “valerosa” esposa, en medio del crudo invierno, desde Varsovia a Persia, a fines de 1880, legándonos el libro del epígrafe, publicado en 1888 y cuyo mérito en sus propias palabras es: "... ser el primero en que un americano del sur ha reunido sus impresiones de viaje por el vasto imperio ruso".
Como sociólogo que es, a Quesada le interesa conocer a esa raza diferente: la eslava "... que viene a disputar a la germánica el centro de la civilización, arrancada por aquella a la latina". Al llegar a Vilna, lo primero que hace es pasearse por sus calles, ya que "... Deseaba observar al tipo lituano puro, y ver representantes legítimos de un pueblo cuya historia es singularmente triste y resignada…¡Pero son tan sucios!"
En su opinión, San Petersburgo se destaca por su carácter cosmopolita; carece de una esencia nacional, casi como Buenos Aires. Prevalece en la capital rusa la influencia francesa en la juventud elegante, en el mundo femenino y en la corte. En cambio, los empleados, comerciantes y los profesores se encuentran bajo el influjo germánico.
Moscú, con su atmósfera asiática, se le presenta como una ciudad rusa “a la antigua”, la que por sus tradiciones, por ejemplo la hospitalidad para con el recién llegado por parte de las viejas familias, ejerció en Quesada una fuerte fascinación, y puesto en medio del debate de la época sobre cosmopolitismo o localismo, se volcó por este último, señalando: "Cada nación del mundo debe tener su fisonomía especial, y bajo este punto de vista nada más justo que el de tratar de hacer rusa a Rusia".
Y esa "rusificación" tiene en la religión ortodoxa un seguro aliado, ya que observa: "Todo el que haya viajado por oriente, sabe que allí religión significa nacionalidad". Pero además se ocupa a fines del siglo XIX de temas absolutamente actuales como por ejemplo la ecología, señalando la influencia desfavorable que ha tenido en el clima la tala indiscriminada del bosque para construcción y calefacción.
En materia de emancipación femenina, observa que en Rusia la mujer ocupa una posición más elevada que en el resto de Europa. También se ocupa de las enfermedades sociales como el alcoholismo, que le parece crítico, pero insoluble, considerando que el impuesto sobre el vodka, pese a la evasión, representa un tercio de los ingresos del estado.
Pero el viaje de Quesada es al mismo tiempo que sociológico "moderno", en el sentido que participa en palabras de Oscar Terán de ese "deslumbramiento gozoso ante los logros de la modernidad". Así en Varsovia visita las calles y avenidas concurridas, admirándose de la prosperidad material de esa ciudad, de donde parte a San Petersburgo, vía Vilna, llamando su atención el confort de los trenes rusos, como la calidad constructiva, comodidades y atención en las distintas estaciones en que se detiene durante el trayecto.
El proyecto de ferrocarril transiberiano le parece "sencillamente colosal". Quesada también se deslumbra, en su camino a Kursk, como adherente al modelo de desarrollo prusiano, por la actividad económica en Tula, basada en sus minas de hierro y carbón. Finalmente en este viaje "moderno" no podía faltar el "shopping"; así lo denomina, describiendo los regateos que con su esposa practican los proveedores de souvenirs en los distintos mercados a los que concurren.
II. La confirmación tocquevileana
Así como en Viajes Sarmiento ratificó, en lo que hace a los Estados Unidos, la visión profética de Tocqueville al final de la segunda parte de La democracia en América, cuarenta años después Quesada la confirma en lo que hace a Rusia, cuando señala: "Tengo la convicción de que la Rusia, cualesquiera sean sus transformaciones, está llamada a desempeñar un papel importantísimo en Europa, y por ende en el mundo entero".
Y así como Sarmiento en la obra mencionada, preanuncia lo sucesos de 1848 en Europa, para Quesada está claro, aunque la confirmación de sus dichos demorará casi veinte años en verificarse con la llegada de la revolución bolchevique, que "nada parece contener el torrente cuya estruendosa avalancha se siente venir".
Un invierno en Rusia no debe ser considerada solo como un diario de viajes. Es mucho más: es una obra "científica" frente a los comentarios del viajero miembro de la "sempiterna tertulia" y que dirime en nuestro "fin de siglo", como lo ha señalado Oscar Terán, "los derechos del profesional frente al autodidacta o diletante".
I. El viajero intelectual
Ernesto Quesada, ya mencionado en esta columna, fue un interesante miembro de nuestras elites decimonónicas. En primer lugar por su formación y temperamento: fue germanófilo en un medio social de “fin de siglo” en que prevalecían los anglo-francófilos; en segundo lugar por sus intereses académicos: se dedicó a la sociología positivista: era un “socialista” según su propia denominación, formado en universidades alemanas, a las que legó su biblioteca cuando falleció.
Con estos antecedentes, no es de extrañar entonces, como sucedía con las elites alemanas de la época, su interés por el este europeo, por donde viajó a los treinta años con su “valerosa” esposa, en medio del crudo invierno, desde Varsovia a Persia, a fines de 1880, legándonos el libro del epígrafe, publicado en 1888 y cuyo mérito en sus propias palabras es: "... ser el primero en que un americano del sur ha reunido sus impresiones de viaje por el vasto imperio ruso".
Como sociólogo que es, a Quesada le interesa conocer a esa raza diferente: la eslava "... que viene a disputar a la germánica el centro de la civilización, arrancada por aquella a la latina". Al llegar a Vilna, lo primero que hace es pasearse por sus calles, ya que "... Deseaba observar al tipo lituano puro, y ver representantes legítimos de un pueblo cuya historia es singularmente triste y resignada…¡Pero son tan sucios!"
En su opinión, San Petersburgo se destaca por su carácter cosmopolita; carece de una esencia nacional, casi como Buenos Aires. Prevalece en la capital rusa la influencia francesa en la juventud elegante, en el mundo femenino y en la corte. En cambio, los empleados, comerciantes y los profesores se encuentran bajo el influjo germánico.
Moscú, con su atmósfera asiática, se le presenta como una ciudad rusa “a la antigua”, la que por sus tradiciones, por ejemplo la hospitalidad para con el recién llegado por parte de las viejas familias, ejerció en Quesada una fuerte fascinación, y puesto en medio del debate de la época sobre cosmopolitismo o localismo, se volcó por este último, señalando: "Cada nación del mundo debe tener su fisonomía especial, y bajo este punto de vista nada más justo que el de tratar de hacer rusa a Rusia".
Y esa "rusificación" tiene en la religión ortodoxa un seguro aliado, ya que observa: "Todo el que haya viajado por oriente, sabe que allí religión significa nacionalidad". Pero además se ocupa a fines del siglo XIX de temas absolutamente actuales como por ejemplo la ecología, señalando la influencia desfavorable que ha tenido en el clima la tala indiscriminada del bosque para construcción y calefacción.
En materia de emancipación femenina, observa que en Rusia la mujer ocupa una posición más elevada que en el resto de Europa. También se ocupa de las enfermedades sociales como el alcoholismo, que le parece crítico, pero insoluble, considerando que el impuesto sobre el vodka, pese a la evasión, representa un tercio de los ingresos del estado.
Pero el viaje de Quesada es al mismo tiempo que sociológico "moderno", en el sentido que participa en palabras de Oscar Terán de ese "deslumbramiento gozoso ante los logros de la modernidad". Así en Varsovia visita las calles y avenidas concurridas, admirándose de la prosperidad material de esa ciudad, de donde parte a San Petersburgo, vía Vilna, llamando su atención el confort de los trenes rusos, como la calidad constructiva, comodidades y atención en las distintas estaciones en que se detiene durante el trayecto.
El proyecto de ferrocarril transiberiano le parece "sencillamente colosal". Quesada también se deslumbra, en su camino a Kursk, como adherente al modelo de desarrollo prusiano, por la actividad económica en Tula, basada en sus minas de hierro y carbón. Finalmente en este viaje "moderno" no podía faltar el "shopping"; así lo denomina, describiendo los regateos que con su esposa practican los proveedores de souvenirs en los distintos mercados a los que concurren.
II. La confirmación tocquevileana
Así como en Viajes Sarmiento ratificó, en lo que hace a los Estados Unidos, la visión profética de Tocqueville al final de la segunda parte de La democracia en América, cuarenta años después Quesada la confirma en lo que hace a Rusia, cuando señala: "Tengo la convicción de que la Rusia, cualesquiera sean sus transformaciones, está llamada a desempeñar un papel importantísimo en Europa, y por ende en el mundo entero".
Y así como Sarmiento en la obra mencionada, preanuncia lo sucesos de 1848 en Europa, para Quesada está claro, aunque la confirmación de sus dichos demorará casi veinte años en verificarse con la llegada de la revolución bolchevique, que "nada parece contener el torrente cuya estruendosa avalancha se siente venir".
Un invierno en Rusia no debe ser considerada solo como un diario de viajes. Es mucho más: es una obra "científica" frente a los comentarios del viajero miembro de la "sempiterna tertulia" y que dirime en nuestro "fin de siglo", como lo ha señalado Oscar Terán, "los derechos del profesional frente al autodidacta o diletante".
viernes, 8 de junio de 2007
ARTE & NEGOCIOS. SIGUEN LOS RECORDS
Luego de las subastas de arte moderno comentadas recientemente, se realizaron en Nueva York las tradicionales subastas de arte latinoamericano. El primer turno fue para Sotheby's, donde una obra de 1932 del uruguayo Torres García alcanzó los U$S 1.200.000, casi triplicando su anterior récord. La nota destacada la puso un colorido trabajo del mexicano Mario Carreño, subastada en U$S 2.600.000, que también triplicó su marca anterior.
Se trata de una pintura que se consideraba perdida y que fue encontrada en una colección norteamericana, lo que sumado al hecho de que nunca había salido antes a remate, hizo que varios oferentes telefónicos se la disputaran. En cuanto a los artistas argentinos, una obra de 1964 de Jorge de la Vega -uno de los popes de la "otra figuración", junto con Noe, Deira y Macció- cambió de manos por U$S 432.000, poniendo una vez más de manifiesto lo alejado que están los valores de las figuras consultares de nuestra plástica, vis a vis con otros artistas de la región.
En Christie's también abundaron las marcas: una obra del mexicano Ramos Martínez, inscripta en el muralismo mexicano, se vendió por algo más de U$S 4 millones, por lo que además de duplicar la anterior marca de este artista, se convirtió en la tercera pintura latinoamericana más cara, luego de dos obras de su compatriota Frida Kahlo. Alcanzaron también buenos precios trabajos de dos consagrados artistas plásticos, el chileno Roberto Matta y el colombiano Fernando Botero.
Obras argentinas de los años 60 y 70 de los cinético-ópticos Polesello y Tomasello y del constructivista Bonevardi también alcanzaron nuevos récords, pero, reiteramos, lejos de los valores ya comentados. Habrá que esperar hasta la segunda mitad del año, cuando se repetirá en Nueva York este ciclo de subastas, para ver si finalmente "los árboles llegan al cielo".
(*) Contribuciones a Mackinlay's: "Elecciones: los votos se cuentan de a uno"; "Elecciones: no cualquier coalición"; "¿Viajeros o turistas?"; "El bipartidismo y la reforma de 1994"; "¿Inversores o coleccionistas?" (21 de mayo); "Rusia y la reescritura de su historia"; "Entre lo que digo y lo que hago...". En 2006: "Liberalismo y República" (22 de diciembre); "Mitre y la Corte Suprema" (24 de noviembre); "Justicia y República" (23 de noviembre); "Federalismo" (10 de noviembre) y "Demora en cubrir las vacantes de la Corte Suprema" (28 de agosto).
Luego de las subastas de arte moderno comentadas recientemente, se realizaron en Nueva York las tradicionales subastas de arte latinoamericano. El primer turno fue para Sotheby's, donde una obra de 1932 del uruguayo Torres García alcanzó los U$S 1.200.000, casi triplicando su anterior récord. La nota destacada la puso un colorido trabajo del mexicano Mario Carreño, subastada en U$S 2.600.000, que también triplicó su marca anterior.
Se trata de una pintura que se consideraba perdida y que fue encontrada en una colección norteamericana, lo que sumado al hecho de que nunca había salido antes a remate, hizo que varios oferentes telefónicos se la disputaran. En cuanto a los artistas argentinos, una obra de 1964 de Jorge de la Vega -uno de los popes de la "otra figuración", junto con Noe, Deira y Macció- cambió de manos por U$S 432.000, poniendo una vez más de manifiesto lo alejado que están los valores de las figuras consultares de nuestra plástica, vis a vis con otros artistas de la región.
En Christie's también abundaron las marcas: una obra del mexicano Ramos Martínez, inscripta en el muralismo mexicano, se vendió por algo más de U$S 4 millones, por lo que además de duplicar la anterior marca de este artista, se convirtió en la tercera pintura latinoamericana más cara, luego de dos obras de su compatriota Frida Kahlo. Alcanzaron también buenos precios trabajos de dos consagrados artistas plásticos, el chileno Roberto Matta y el colombiano Fernando Botero.
Obras argentinas de los años 60 y 70 de los cinético-ópticos Polesello y Tomasello y del constructivista Bonevardi también alcanzaron nuevos récords, pero, reiteramos, lejos de los valores ya comentados. Habrá que esperar hasta la segunda mitad del año, cuando se repetirá en Nueva York este ciclo de subastas, para ver si finalmente "los árboles llegan al cielo".
(*) Contribuciones a Mackinlay's: "Elecciones: los votos se cuentan de a uno"; "Elecciones: no cualquier coalición"; "¿Viajeros o turistas?"; "El bipartidismo y la reforma de 1994"; "¿Inversores o coleccionistas?" (21 de mayo); "Rusia y la reescritura de su historia"; "Entre lo que digo y lo que hago...". En 2006: "Liberalismo y República" (22 de diciembre); "Mitre y la Corte Suprema" (24 de noviembre); "Justicia y República" (23 de noviembre); "Federalismo" (10 de noviembre) y "Demora en cubrir las vacantes de la Corte Suprema" (28 de agosto).
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